domingo, 20 de marzo de 2011

ANÁLISIS


















Además de todos los parámetros que han sido estudiados,se plantean en la zona dos grandes barreras que podrían dar explicación a la situación en que se encuentra la zona: Bravo Murillo al oeste y la zona de “clase media” del este. Nuestra parcela es tierra de nadie. Pero puede ser tierra de muchos.


Las conexiones en estas direcciones existen. No solo eso, son las únicas que pueden utilizar todos aquellos que habitan en esta franja: los movimientos norte-sur están taponados. Y curiosamente en en esta bando norte-sur nos encontramos una serie de valores que remarcando sus cualidades, nos dan un un gran punto de apoyo para la regeneración de la zona: una arquitectura humilde pero digna (lejos del lenguaje de las construcciones más recientes que, en un intento de emular las formas de la clase media están dejando en el lugar una imagen anónima y de difícil identificación), dos colegios, una guardería, la trasera de un mercado cerrado a una plaza que no nos ofrece nada, nuestra parcela,... incluso el tapón formado por la construcción que corta la calle Tiziano y la calle Lérida al norte, puede transformarse en un elemento carácterístico para dar entrada al nuevo espacio; el eje formado por la prolongación de Lérida hacia el mercado, a través de la bien proporcionada calle San Antonio, la plaza de la Condesa de Gavia y, superado otro tapón, la calle Hernani y la calle de Los Artistas (con ese nombre). Esto nos da un potencial de población de una “autosuficiencia” a considerar. Y capaz de ofrecer un espacio regenerado tanto vivencial como económicamente.

Y la topografía como creador de futuro más que como explicación del pasado (la pendiente desde la calle Jaén hacia Tiziano justifica la ausencia del coche y nos plantea un ascenso-descenso de posible interés).



El programa se distribuye sobre construcciones existentes y en una “pequeña” ocupación (unos 3.000 m2, en primeros cálculo) en nuestro solar.

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